Oigo la voz de alguien que me recomienda:
"Pero Sócrates, ¿no serás capaz de vivir tranquilamente, en silencio, lejos de nosotros?"
Este es el sacrificio mayor que podíais pedirme, pues se trataría de desobedecer al dios y, por tanto, jamás podría quedarme tranquilo si renunciara a mi misión. Y aunque no me creáis y os
penséis que os hablo con evasivas, debo deciros que el mayor de los bienes para un humano es el ir manteniendo los ideales de la virtud con sus palabras y tratar de tantos temas como hemos
hablado, examinándome a mí mismo y a los demás, pues, una vida sin examen propio y ajeno no
merece ser vivida por ningún hombre, me creáis o no.