Todos avanzamos, algunos más rápido que otros, eso es todo. Ninguno de nosotros vuelve atrás, excepto mentalmente, lo que es un engaño y una falsa ilusión. Algunos de nosotros hemos liquidado el pasado, la mayoría de nosotros nunca lo liquidará y, por último, no es el pasado lo que importa en modo alguno porque, cuando pasamos de plano al presente, el pasado está ahí y el futuro también y ninguno de los dos es aterrador ni desconcertante. En pleno presente, que es el momento vivo, juntamos fuerzas con el pasado y el futuro.