Existe asimismo un objetivo moral, aunque ese es un aspecto del que todavía no he hablado. Balzac, más o menos en la misma época, dice más o menos lo mismo que Lérmontov; en ambos casos se trata menos de describir el Mal en general que de describir el Mal moderno, generacional. Dostoievski, al contrario de lo que quizá pensaba, se encuentra en la misma situación. También le ocurre a Bret Easton Ellis, pero a él de una forma plenamente consciente. Sobre Hubert Selby Jr es más difícil pronunciarse, y merecería un examen a fondo, en especial en lo relativo a El demonio. En mis lecturas, Baudelaire es el único que declara con toda franqueza una ambición más grande en el epígrafe a Las flor