Estamos ante la novena novela negra de Ricardo Blanco. Lo curioso de este nuevo caso es que esta vez el detective es también la víctima. Nada más empezar la historia, el protagonista es atacado y herido por un desconocido en la entrada de su casa. Como dice el autor, «una convalecencia da para mucho. Leer a los clásicos, aprender idiomas o pasar revista a la propia vida». Ricardo Blanco ha sobrevivido pero necesita averiguar quién lo quiere muerto. La obra, que mantiene todos los rasgos de la literatura de Correa, es además de una novela negra, una reflexión sobre la condición humana y un tratado íntimo sobre el miedo, la venganza y el odio.
El detective nostálgico tiene todos los ingredientes que han hecho de Correa una voz conocida del panorama literario español: un ritmo vertiginoso, una visión socarrona del mundo y un lenguaje poético.
«Yo le digo al lector vente conmigo, sin engaños, sin añadidos innecesarios de descripciones inacabables. Sin personas al límite. Cuento lo que le pasa a la gente normal con las únicas licencias que permite la ficción.» José Luis Correa