Kenia, 1926. La vista del impresionante paisaje que Karen, también conocida como Tanne, admira desde la terraza de su granja le recuerda a su amante Denys. Han estado separados durante meses, sin embargo, no está sola. Doscientas familias kikuyus viven en su cafetal, la casa se llena de las risas de los niños y la gente acude todos los días a su clínica improvisada. Cuando casi se produce un trágico accidente porque su joven ayudante no sabe leer y confunde dos medicinas, Tanne toma una decisión: montará una escuela. A pesar de las resistencias iniciales, luchará como una leona por las personas que están tan cerca de su corazón.