En el imprevisible deambular a través del tiempo, Ned Henry, un agotado viajero, ha elegido para su necesario descanso un verano en la Inglaterra victoriana de 1888. Atardeceres ociosos, el té de las cinco, partidos de críquet en el verde césped y la tranquila vida campestre, prometen, de entrada, el paraíso a quien ha viajado incansablemente por el tiempo a la búsqueda de una misteriosa atrocidad estética conocida como el tocón del pájaro del obispo, un artefacto extraño y absurdo que, pese a todo, resulta imprescindible en la proyectada reconstrucción de la catedral de Coventry que la incansable lady Schrapnell desea conseguir en la segunda mitad del siglo XXI.Pero los hechos difícilmente se desarrollan según lo previsto, y Ned Henry se verá envuelto en un completo enredo entre todo tipo de errores de interpretación y de juicio en el seno de un mundo caótico donde la distancia más corta entre dos puntos no es necesariamente la línea recta, y donde el verdadero secreto del universo reside precisamente en los pequeños detalles