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Nyogen Senzaki,Paul Reps

101 cuentos zen

  • Dana Kalidhas quoted5 years ago
    14. El camino embarrado

    Tanzan y Ekido recorrían cierta vez un camino embarrado. Aún caía una fuerte lluvia.

    Al doblar un recodo se encontraron con una hermosa muchacha que vestía kimono y faja de seda, incapaz de cruzar el camino.

    –Vamos, chica –le dijo Tanzan en seguida y, tomándola en brazos, la llevó por encima del fango.

    Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron al templo que les alojaría. Entonces ya no pudo contenerse.

    –Nosotros, los monjes, no nos acercamos a las mujeres –le dijo a Tanzan–, sobre todo a las que son jóvenes y encantadoras. Es peligroso. ¿Por qué has hecho eso?

    –Dejé a la chica allí –replicó Tanzan–. ¿Es que tú todavía la llevas a cuestas?
  • Jovani González Hernándezhas quoted5 years ago
    78. Verdadera prosperidad

    Un hombre rico pidió a Sengai que escribiera algo para que continuara la prosperidad de su familia, de modo que pudiera ser atesorada de una generación a otra.

    Sengai tomó una gran hoja de papel y escribió: «Padre muere, hijo muere, nieto muere».

    El rico se enfadó.

    –¡Te he pedido que escribieras algo para la felicidad de mi familia! ¿Por qué me gastas semejante broma?

    –No se trata de ninguna broma –le explicó Sengai–. Si antes de que mueras muriese tu hijo, eso te causaría un gran pesar. Si tu nieto muriese antes que tu hijo, los dos estaríais desconsolados. Si tu familia, una generación tras otra, se va de este mundo en el orden que he mencionado, será el curso natural de la vida. Yo llamo a esto una auténtica prosperidad.
  • Jovani González Hernándezhas quoted5 years ago
    Ciertas cosas, aunque son correctas, fueron consideradas erróneas durante generaciones. Puesto que el valor de la rectitud puede ser reconocido al cabo de siglos, no hay necesidad de anhelar una apreciación inmediata.
  • Jovani González Hernándezhas quoted5 years ago
    9. No es posible robar la luna

    Ryokan, un maestro de zen, llevaba la clase de vida más sencilla posible en una pequeña choza al pie de una montaña. Una tarde, un ladrón entró en la choza y descubrió que allí no había nada que robar.

    Ryokan regresó y le sorprendió.

    –Es posible que hayas hecho un largo camino para visitarme –le dijo al merodeador– y no deberías regresar con las manos vacías. Por favor, toma mis ropas como regalo.

    El ladrón se quedó perplejo, pero cogió las ropas y se escabulló.

    Ryokan se sentó desnudo y contempló la luna.

    –Pobre tipo –musitó–. Ojalá pudiera darle esa hermosa luna
  • Renato Blaz Ruizhas quoted2 days ago
    Ten la actitud valiente de un héroe y el corazón tierno de un niño.

    Al retirarte a descansar, duerme como si ése fuera tu último sueño. Al despertar, abandona de inmediato la cama, como si hubieras tirado un par de zapatos viejos.
  • Renato Blaz Ruizhas quoted2 days ago
    Recibe a un invitado con la misma actitud que tienes cuando estás solo. Y cuando estés a solas, mantén la misma actitud que tienes al recibir invitados.
  • Renato Blaz Ruizhas quoted2 days ago
    «Mi corazón arde como el fuego, pero mis ojos están tan fríos como cenizas apagadas».
  • Renato Blaz Ruizhas quoted6 days ago
    –Nada puede trastornarte –le dijo–. Eres esas olas. Lo barrerás todo ante ti.
  • Renato Blaz Ruizhas quoted6 days ago
    Se ha dicho que si el zen forma parte de la vida de un hombre, éste se ve libre de temor, duda, anhelos innecesarios y emociones extremas. No le turban ni las actitudes intolerantes ni las acciones egoístas. Uno sirve a la humanidad humildemente, respondiendo a su presencia en este mundo con una amabilidad afectuosa y observando su paso por la vida como un pétalo que cae de una flor.
  • Ulises Cremontehas quoted3 months ago
    Toda la vida de Shunkai estaba saturada de amor.
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