una lengua, de señas u oral, afecta de manera importante tanto la competencia en la primera lengua como las subsecuentes que se aprendan (Mayberry, 2007; 2009). Para la mayoría de los niños sordos sólo la lengua de señas les da el input adecuado para todos los niveles de la estructura lingüística permitiéndoles el desarrollo de la competencia lingüística en el tiempo normal. Hay una cualidad especial en las lenguas naturales que las hace distintas de otros sistemas de comunicación (por ejemplo los gestos). Malaia y Wilbur (2010) demostraron que cuando se les presentan a bebés inputs visuales lingüísticos (por ejemplo de la ASL) y gestos no estructurados, tipo pantomima, los bebés oyentes de 6 meses de edad, prefieren ver la ASL.