nar los problemas en una lista de prioridades»[13].
El discurso oficial de la economía ecológica se ha alejado sustancialmente de este enfoque práctico y ha desarrollado una visión holística de los sistemas, con un abordaje desde la teoría de la complejidad, con el que se fue distanciando de la toma de decisiones concretas y comenzó a incorporar aspectos cada vez más subjetivos, éticos y morales, alejándose paulatinamente de los problemas ambientales reales que afectan a la humanidad.
Independiente de las nuevas disciplinas surgidas desde las ciencias económicas, debemos tener claro que el problema de fondo no es disciplinar. Los problemas ambientales están estrechamente vinculados a la concentración de la riqueza y sus consecuencias –pobreza y exclusión social– y al agotamiento de los recursos naturales, y eso no se debe a que la economía clásica sea incapaz de analizarlos y dar respuestas.