1977 dijo a Julio Scherer:
En cuanto a las esperanzas: son vanas por definición. No, no veo –lo que se llama ver– el porvenir de México. Me consuelo pensando, que los hombres, en general, no ven el futuro. Por eso, quizá, nuestra ocupación favorita es preverlo. Para desquitarnos de nuestra ceguera histórica, los hombres hacemos proyectos. Esos proyectos se transforman en obras que, a su vez, se convierten en ruinas.