Asimismo, creemos que, poniendo nombres a la élite del poder global y a sus sistemas de hegemonía, podemos motivar a suficientes de ellos a reconocer sus propios impulsos humanitarios, para que, de este modo, promuevan, de manera colectiva y en colaboración con las sociedades civiles, una remodelación organizada de nuestro sistema económico global y afronten la realidad de nuestra crisis medioambiental