Año 1938. Arnold Porritt, un próspero fontanero londinense, ya no sabe qué hacer con las extravagancias de su sobrina Cluny. Después de frecuentar el Ritz como una gran señora y de dejarse seducir alegremente por un cliente, su tío decide mandarla como sirvienta a Friars Carmel, una encantadora mansión campestre.
Allí la esperan, entre otros, lady Carmel, su patrona, siempre metida entre sus flores; su hijo Andrew, que acaba de traerse de Londres a Adam Belinski, un prometedor escritor polaco supuestamente perseguido por los nazis; o el comedido Titus Wilson, boticario del pueblo y perfecto polo opuesto de Cluny. En ese apacible rincón de Inglaterra, el mundo se abre maravillosamente para Cluny Brown, y ella está más decidida que nunca a seguir haciendo lo que no se espera de ella.