«Meditar sobre los símbolos estéticos que pueden representar adecuadamente el peculiar acto de filosofar, no es reflexionar sobre un asunto quizás curioso y entretenido (…). Lejos de ello, los ensayos que aquí se reúnen muestran que el tratamiento del tema exige sacar a luz la esencia misma de la filosofía. (…)
Pero los une no solo el tema común de que tratan y la explícita prolongación que el segundo quiere ser del primero, sino también el haber nacido del compartido afán de buscar la verdad y comunicarla con claridad y rigor. Juntos constituyen una de las mejores y más originales introducciones a la filosofía que es posible leer hoy en día. Y ambos son también ejemplos de auténtico filosofar en acto ejercido». (Rogelio Rovira)