Yo, en cambio, creo que la culpa la tienen los seis millones de turistas que cada año la contemplan en el Museo del Louvre. Leonardo tardó cuatro años en completar la obra, a pesar de su pequeño tamaño. Y cuando lo hubo hecho, no quiso desprenderse de ella. De modo que Mona Lisa y Leonardo permanecieron juntos hasta la muerte del artista. Ningún especialista en arte ha reparado en un detalle de suma importancia: después de pintar La Gioconda, Leonardo no volvió a recurrir a bufones o a músicos para que le alegraran mientras trabajaba. ¿La razón?