Tras haber visto la muerte muy de cerca, el detective Jonathan Stride se encuentra en un momento emocional complicado respecto a su profesión, a su novia Serena y a su compañera Maggie. Pero los tres deben emplearse a fondo para evitar el caos en las calles de Durham. Cuando desaparece un bebé en mitad de la noche, todo hace indicar que el culpable es su propio padre, un arrogante cirujano, pero Stride ha aprendido a escarbar bien en los secretos de los demás. Intriga, mentiras y deseos inconfesables tejen una espesa red en torno a la ciudad. Los policías tienen que darse prisa: saben que cualquier claro en los espesos bosques puede convertirse de un momento a otro en tierra de sepultura.