Esta es la primera obra que leo de Clarice Lispector y he de decir que me encantó. Su narrativa es tan ligera, pero profunda. Muchas veces me sentí identificada con lo que aquí reflejaba.
Me sorprendió la cantidad de citas que marqué por cómo escenarios tan comunes los convierte en toda una odisea descriptiva o una alberca de pensamientos mucho más allá de lo obvio. Es un libro que se lee bien si se dosifica porque no evoluciona de manera lineal.
Me encanta querer comprender lo que escapa de mi entendimiento y sobre todo, aceptarlo.