Este libro revisa el surgimiento, en la filosofía política y en la práctica política, de una nueva concepción de igualdad ciudadana, que tiene diversas manifestaciones en los hechos. En primer lugar, se expresa en el rechazo a la idea de que las preferencias y los intereses sean llevados a la esfera de la deliberación únicamente por los partidos políticos y por los representantes que han sido elegidos para ello. En segundo lugar se manifiesta en una concepción de la ciudadanía en un sentido más amplio que el concepto clásico, que la consideraba como receptor de derechos. Se trata ahora de ciudadanos que demandan igualdad en todos los ámbitos, pero en uno en especial: la igualdad política. Ello equivale a la aspiración de igualdad en la distribución inicial de los bienes y de los derechos de los cuales pueden gozar o que pueden ser garantizados por el Estado; pero además, refiere a la aspiración de ser incluidos, de ser parte, en la deliberación y en la consecuente decisión de los asuntos de interés público.