No hablaremos de muerte a los fantasmas

A veces olvido que estoy muerto, y grito y grito, como si ella me pudiera escuchar.

Me esperanza que en la muerte nos podamos reunir.

¿Sempiterno se arrepintió de acudir a su encuentro, cuando Juan comenzó a buscar lo que le hacía falta? No. Por supuesto que no. Así son los perros: enfrentan al sol, aunque sepan que morirán quemados.

La historia es la de siempre: todos dejamos un poco de nosotros en quienes amamos.

Si los fantasmas de la Tierra se unieran en el espacio crearían un sol capaz de mantener la vida en cualquier lugar.

A lo mejor yo lo pensaba cuando él me recordaba, como si los sueños y la memoria estuvieran conectados. Esa idea me alivió por años,

¿qué es la inconsciencia, sino la muerte de los días?

vimos a dos fantasmas que se encontraron sin ceremonia y partieron, como si estar muertos diera lo mismo, porque a donde sea que fueran irían juntos.

Pero hay tantos recuerdos de Aura dentro de mí. Su fantasma, si es que existe, no habrá de dejarme.

El infinito se reproduce en fragmentos.
El mar es irreproducible.