Este modelo, desarrollado por Michael E. Porter en 1979 y considerado uno de los fundamentos teóricos de la estrategia actual, permite analizar el entorno competitivo de una industria.
En el modelo se articulan 5 fuerzas –el poder de negociación de los clientes, el de los proveedores, la amenaza de los productos sustitutos, la de los nuevos entrantes y, por último, la rivalidad entre competidores– con el fin de ofrecerle a las empresas pistas que le permitan comprender las interacciones en el seno de su sector de actividad.
Además de ayudar a visualizar la competencia y a evaluar la rentabilidad de una industria, este modelo acompaña en sus reflexiones a los directivos empresariales que desean afinar sus estrategias a largo plazo.
Si bien está bien concebido, el modelo de Porter tiene límites, entre los que se encuentran la subestimación de las oportunidades, la supremacía de la industria en relación a la empresa y una ocultación de los factores que afectan a la demanda.
El modelo puede acompañarse de una sexta fuerza: el gobierno. De hecho, este puede ejercer influencia en las relaciones económicas entre los actores de una misma industria y, por tanto e indirectamente, en la rentabilidad de la misma