Actualmente podemos asimilar más información que nunca y estamos preocupados por perfeccionar nuestras habilidades en el nivel profesional: hacemos maestrías, doctorados y nos preparamos para enfrentar los grandes retos del mundo del trabajo. A la vez, paradójicamente, nos estamos volviendo más ignorantes en el terreno de lo emocional, al perder la conexión con nosotros mismos y con nuestras emociones. Tras sus múltiples conferencias y recorridos por Latinoamérica, Pilar Sordo nos invita a educar para sentir y sentir para educar, haciéndonos conscientes de las importantes repercusiones que tiene el desconocimiento de nuestras emociones y su gestión, en un mundo que no requiere de robots sabelotodo, sino de seres humanos capaces de responsabilizarse de sus actos, de reponerse frente a la adversidad y de crear relaciones saludables. Ése es el único camino posible para formar a los ciudadanos que el futuro necesita.