¡Es hermoso! La narrativa es tan ligera e increíble que te mantiene enganchado, queriendo descubrir más. Es la historia del libro contada desde la diversión, el encanto y el amor por los libros.
Uno de los libros más hermosos y significativos que he leído en un par de años.
Si les gusta el tema de la historia del libro, vayan a él. Va a encantarles. Treinta siglos de viaje que nos permite andar por la Biblioteca de Alejandría y sus papiros. Visitar las primeras bibliotecas y las actuales. Ver a los bandidos de papiros, a los personajes defensores de la escritura, los autores, a los amanuenses, a los niños frente al acto de la escritura y la lectura.
Habla del registro del conocimiento humano, los códigos y los soportes de la escritura desde el pasado hasta nuestro días.
¿Qué poderes tan frágiles esconde este invento que ha dado para la censura, la quema, la persecución, y la destrucción? Me hace pensar en Guy Montag de Farenheit 451 y su grandiosa idea: la consigna de aprender al menos un libro entero en nuestras vidas, porque si le llegara a éste la hora de la destrucción, hayamos sido capaces de preservarlo por dentro para volver a vaciarlo en palabras un día.
¡Fenomenal y bello!
La historia de los libros a través de los tiempos. Irene Vallejo nos regala una cátedra profunda, sencilla y maravillosa sobre como la letra escrita ha sobrevivido saqueos, incendios, censuras, guerras y aún así continuar y vencer para ser hoy la salvación de muchos que amamos leer. Una lectura imprescindible para aquellos que somos amantes de las letras y sus contenidos.
Apesar de que a ratos me fatigó, El infinito en un junco es un libro lleno de asombros. Como cualquier libro moderno es un cruce de géneros que van de la mano de lo histórico, al ensayo. Plagado de anécdotas curiosas, de referencias librezcas de antes y actuales, Irene Vallejo nos ofrece un viaje por la antigüedad clásica de Grecia a Roma. En ese viaje el protagonista es el libro en sus diversas presentaciones. Me casó un poco por larga extensión pero nunca me resultó aburrido o tibio. Siempre tiene una posición muy clara con respecto al valor del libro y como su rol en las diferentes sociedades es vital para apuntalar la cultura. Sí, es un libro para lectores empedernidos pero también para los de ocasión que sin duda encontrarán deleite e interés a partes iguales.
Unos meses antes de morir, mi papá me llamó emocionado a decirme que TENÍA que leer este libro, que era el mejor libro que había leído en su vida. Me pidió que fuera en ese momento a comprarlo y que lo leyera de inmediato. Fue, creo, el último gran regalo que me hizo.
Me dijo que era un libro sobre mí, sobre mis libros, y por eso también un libro sobre él. Era un libro que nos contaba cómo llegamos aquí. No llegué a platicarle lo mucho que me gustó y lo importante que lo considero ahora, pero estoy segura que lo sabe.
Maravilloso, aprendí muchísimo sobre los libros, los griegos, los romanos, sobre la humanidad y occidente.
Una carta de amor a los libros. Este libro mezcla una parte de la historia de los libros con la historia de la autora. Me gusto como teje ambas narrativas aunque en algunas partes me perdí y me detuve.
No es un libro adictivo, pero si es un libro lleno de datos históricos, amor y reflexión por lo oscuro y lo luminoso de los libros en la historia.
Es un libro maravilloso sobre la historia del libro y mucho más. Irene recrea la vida cotidiana de las civilizaciones antiguas y las trae a nuestro presente. Es un libro erudito de lectura amena y ágil. Es una obra a la que seguramente estaré regresando a consultar y volver a disfrutar. Su bibliografía es de las indispensables.
Me encantó leer un libro tan erudito y a la vez tan sencillo. Tuvo la capacidad de hacerme sentir en los lugares de los que iba hablando. Hace de la historia una experiencia vívida. Ojalá que todo el mundo lo leyera. Creo que este libro se va a convertir en un clásico porque aguantará los embates del tiempo. Soy fan definitiva de Irene Vallejo.