Siempre fiel a sus obsesiones, Rafael Gumucio ha seguido cuestionando ese puñado de verdades reveladas que construyen la historia de Chile, para entregarnos una mirada deslumbrante y original sobre el pasado. Aquí aparece el país que disfraza sus derrotas de triunfos, que piensa el autoritarismo como una vocación ejemplar por el orden y que al erigirse como modelo de libertad es capaz de chapotear en la desigualdad más vergonzosa. Versión corregida y aumentada de Los platos rotos, publicado hace diez años, este volumen llega hasta la postulación de Michelle Bachelet a la presidencia, pasando por la muerte de Pinochet, el terremoto de 2010 y las protestas estudiantiles. En palabras de su autor, es el libro que sigue escribiendo, que lo desvela y apasiona. Una suma de géneros –crónica, cuento, perfil, autobiografía–, la mejor muestra del talento y la versatilidad que distinguen la escritura de Gumucio.