Escribir sobre positivismo jurídico puede parecer,hoy en día,un sinsentido anacrónico.Según la opinión de autores influyentes,estaríamos,pues,en una estación,en el desarrollo incesante de la cultura jurídica,donde el positivismo ya habría agotado su función.El agotamiento sería el resultado conspirador de tres factores.En primer lugar,la decrepitud,que deshace todas las cosas,materiales y espirituales.En segundo lugar,la «renovación interior»,en la forma de un giro palingenésico que algunos de los positivistas contemporáneos han dado hacia una novedosa pero al mismo tiempo antiquísima,y en mi opinión equivocada jurisprudencia esencialista.En tercer lugar,y principalmente,los golpes despiadados de competidores poderosísimos -píénsese en el interpretacionismo (interpretivism) y en el (neo )cons¬titucionalismo principialista los cuales han hecho del “no-positivismo”,o bien del “post-positivismo”,su bandera de batalla.