—Seraphena… la consorte. Ella es la verdadera Primigenia de la Vida.
—Es la heredera de las tierras y los mares, los cielos y los mundos —confirmó Nektas, su voz muy suave. Pero las palabras… estaban llenas de respeto. Reverberaron como un trueno en mi pecho—. El fuego en la carne, la Primigenia de la Vida y la Reina de los Dioses. La Primigenia más poderosa de todos. —Hizo una pausa—. Por ahora.
¿Por ahora?