las flores. Había creado en Korsö un despliegue floral inigualable, rosales y arriates por todas partes.
Nora paseó despacio entre las tumbas. Siempre le había gustado el ambiente del cementerio y esa sensación de sosiego que la embargaba cuando estaba allí. Arriba, en la esquina izquierda, se había dispuesto un jardín del recuerdo en memoria de quienes yacían en la fosa común. Una cadena negra y gruesa de hierro delimitaba ese espacio. Junto a la enorme ancla que se levantaba sobre la arena había flores