tú sabes, Ana, que yo siempre afirmo que las mujeres debemos ayudarnos entre nosotras. Ya tenemos suficiente con soportar a los hombres,
Zalvehas quoted21 days ago
Le salvé la vida y, cuando se salva la vida de alguien, es obligado quererlo. Es casi como dar vida.
Zalvehas quoted21 days ago
—Tuve un perro una vez. Lo quería tanto que cuando murió no podía soportar la idea de traer a otro en su lugar. Era un amigo, ¿me entiende, señora Blythe?
Zalvehas quoted21 days ago
Nunca me oirá hablar mal de una mujer por su forma de vestir
Zalvehas quoted23 days ago
—¿Es ése el único de tus sueños que se ha hecho realidad? —preguntó Ana, que sabía perfectamente bien cuál sería su respuesta pero quería volver a oírla.
—Tú, mi pequeña —dijo Gilbert, sonriéndole a los ojos.
Zalvehas quoted23 days ago
Hubo otro silencio, mientras el capitán Jim mantenía una cita fugaz con fantasmas que Ana y Gilbert no podían ver, aquellos que habían estado sentados con él alrededor de ese hogar en años pasados,
Zalvehas quoted23 days ago
Un gran amor y un gran dolor pueden alcanzar quién sabe qué maravillas
Zalvehas quoted25 days ago
«Una ventana mágica que se abre hacia la espuma de peligrosos mares en lejanos países de hadas» —recitó Ana en voz baja
Zalvehas quotedlast month
Más allá de las dunas, el mar, calmo y austero, soñaba en medio del crepúsculo. El pequeño pueblo de pescadores, acurrucado en la caleta donde las dunas se encontraban con la costa del puerto, parecía un gran ópalo en la bruma
Zalvehas quotedlast month
Ana se volvió al final del camino para decir adiós con la mano por última vez. Se había ido, Tejas Verdes ya no era su hogar; el rostro de Marilla se veía muy gris y viejo cuando se volvió hacia la casa que Ana había llenado durante catorce años, e incluso durante sus ausencias, de luz y vida.