Tres de la mañana. Ida se levanta de la cama, se enfunda el pesado abrigo negro y, tras colocarse su estrambótico sombrero, sale corriendo a la calle. Avanza a trompicones bajo la lluvia con una sola idea fija en la cabeza y un único destino: la jefatura de policía de Chúdov. A ello dedica sus últimas fuerzas, no puede esperar, es demasiado urgente. Cae, como tantas veces antes, e igualmente se levanta. Ya queda poco, la plaza, el restaurante, la farmacia, correos…, ya está, ya llega. Sube al porche y golpea la puerta con insistencia, pero, mientras esta se abre, la mecha se agota y, respirando con dificultad, Ida, la vieja Ida, se desploma ante el mayor Parátov. Mueve la boca desesperada, intenta hablar, pero no dice nada. Tras ella queda una vida envuelta en misterio… ¿Quién es Ida Zmoiro?, ¿tal vez la gran actriz que enamoró a una generación de soldados y fue galardonada con el Premio Stalin?, ¿o la esposa de un aristócrata que huyó de la URSS?, ¿quizá la solitaria y distante mujer que regresó a aquel pueblucho llamado Chúdov para dar clases de interpretación a las niñas?, ¿sería acaso Ida la clave del rompecabezas que comenzó con la desaparición de una de sus alumnas, o solo la última víctima?