Anhelo

Pero en treinta días pueden cambiar muchas cosas; puedes perder muchas cosas.
De hecho, con lo único que he podido contar en las últimas semanas es con la certeza de que, por muy mal que vaya todo, siempre puede empeorar…

Todas mis terminaciones nerviosas gritan de dolor y de éxtasis mientras una única palabra me viene a la mente una y otra vez: compañera.

—¿A quién te recordaba el boceto de Klimt cuando lo compraste?

—A ti. —Responde rápida y sinceramente—. Sólo que aún no lo sabía.

«En lo más hondo, no soy distinta a ti. Te soñé, deseé tu existencia.»

Ay, Edward, te amo tanto… ¡Uy! Quiero decir… Jaxon.

Te dije que sería mejor que no fuéramos amigos, no que no quisiera serlo.

Creo que los dos sabemos que hay un millón de motivos por los que no soy una persona aceptable, y no tener un sabor de helado favorito apenas logra entrar en la lista.

Aún no sé lo que te gusta, pero he supuesto que tendrías hambre. No apoyes el tobillo.

JAXON

Quiero que me mire como si le doliera físicamente no estar tocándome.

Ten miedo. Ten mucho miedo