Fundidos a negro es una novela argentina. Lo es por su tema, por su entonación, por sus preocupaciones. Corre 1966 en Buenos Aires y hay un golpe militar en ciernes. A partir de ahí se sigue la historia de unos personajes y sus familias durante tres décadas. La Argentina como crisol de razas, la inmigración, los curas, los militares, los jueces, las amas de casa, las estrellas de televisión entran en la novela y representan un papel. El papel que les toca, que es uno más en la Historia argentina.
Narrada con pasos de comedia y maestría, sin perder la seriedad, en Fundidos a negro Blas Matamoro se pregunta con sapiencia sobre el destino de la Argentina en el siglo XX, acaso iluminando el presente y el futuro, con una novela cuya escritura recupera historias y, sobre todo, una lengua; lengua e Historia imbrincadas, la lengua y la historia de los argentinos.