Redmond Hatch regresa a la región montañosa donde nació. Allí conoce a Red Strange, un hombre extraño y seductor que toca el violín y cuenta cuentos tan encantadores que los hombres y mujeres de la zona están dispuestos a permitir que se acerque a sus pequeños hijos. Hasta que un día se lo encuentra culpable de actos terribles, cuyas víctimas eran, precisamente, esos niños. Una vez, Redmond había sido feliz. Estaba casado con la bella Catherine y su hija Immy iluminaba sus días. Pero luego se sintió obligado a protegerla de la infidelidad, la traición y de otros horrores que amenazaban el mágico reino de la pequeña Immy. Ahora Redmond es un vagabundo, perseguido por el espectro terrible de Strange.