Los Sonetos de Shakespeare son una de las cumbres de la poesía lírica de todos los tiempos. Las circunstancias que rodearon su publicación y la ambigüedad en lo relativo a la identidad y al sexo de los destinatarios han servido de abono a múltiples conjeturas que, si bien no contribuyen a la comprensión de los sonetos, prueban, no obstante, el continuo interés que despierta esta obra. Cuatrocientos años después de ver la luz, la modernidad de estos textos sigue resultando sorprendente, y el enfoque singular del bardo de Stratford los ha dotado para siempre de un halo de misterio.
En los sonetos asistimos a una suerte de representación dramática en la que una voz meditativa va desgranando, en su lucha contra el tiempo, los vaivenes del afecto y de la pasión, de la amistad y del amor, del anhelo y del desengaño. En esa percepción múltiple del teatro de los sentimientos se dan cita los motivos más diversos, desde la visión de la naturaleza hasta la denuncia social o la búsqueda de una trascendencia allende la muerte.
Ramón Gutiérrez Izquierdo presenta esta versión ejemplar de los Shakespeare's Sonnets acompañada de comentarios y notas sobre todos y cada uno de estos poemas, máscaras diversas del hombre de las mil caras que fue William Shakespeare.
Luis María Anson (en EL CULTURAL): Ramón Gutiérrez Izquierdo ha hecho una traducción rigurosa y soberbia de los sonetos de Shakespeare. Su espléndida versión me ha conmovido. La profundidad del pensamiento abisal, la hondura del aliento poético, la zozobra del sentimiento inacabable se desprenden tibiamente, como el río que no cesa, de los sonetos de Shakespeare.
Luis Antonio de Villena (en EL MUNDO): Ramón Gutiérrez Izquierdo ha hecho una cuidada traducción en un rico tomazo, más de la mitad cubierto de minuciosas notas explicativas. La joya está ahí y también el afán por españolizar una bellísima poesía.
Ángel Rupérez (en EL PAIS): La versión métrica y rimada de Ramón Gutiérrez Izquierdo, con el alejandrino como soporte, revela fidelidad y también seducción rítmica; aplasta a todas las demás traducciones con su aparato erudito al final, con apuestas interpretativas interesantes y hasta inquietantes.