Cuando la madre de Gardenia murió, dejándola sin un centavo, Gardenia corrió a la casa en París de su único pariente vivo: la rica y hermosa Duquesa de Mabillon. Antes de que la encantadora Gardenia se diera cuenta, estaba vestida con la alta moda de París y se mezclaba con los solteros más elegibles de la sociedad, entre ellos estaba el inglés atractivo y genial Lord Hartcourt, y aunque amaba París, Gardenia se sentía incómoda por las impactantes fiestas que solía presenciar, por el Barón lascivo que siempre estaba en el tocador de su tía, por la forma en que todos los elegantes jóvenes caballeros la miraban y le hablaban. Y luego, para empeorar las cosas, Gardenia se enamoró…