l estilo clásico[25] apenas encierra ningún misterio; como estamos rodeados de misterio, ese modo de escribir nunca me ha parecido adecuado. Sabe ocuparse muy bien de los hechos, pero a la hora de enfrentarse a los motivos, a las corrientes secretas que lo rigen todo en la vida, carece de la orquesta necesaria. Y es que la vida es un problema peliagudo. Plantearlo con sencillez, como fingen hacer los clasicistas, es sin duda agradable y halagador [para el lector], pero este enfoque ya no convence a la inteligencia moderna, interesada ante todo por las sutilezas, las ambigüedades y las complejidades subterráneas que dominan al hombre corriente y conforman su vida. (CWJJ, p. 85.)