un “burgués” pobre (es decir un “intelectual”) es, independientemente de su edad biológica, el equivalente de un joven “burgués”. Tiene de hecho muchas cosas en común: las vestimentas audaces, hoy en día el cabello largo, los gustos fantasiosos, las ideas políticas simbólicamente avanzadas y el principio de todo esto a los ojos del “burgués”: la falta relativa de dinero.