Así que nos encontramos con una novela de aventuras, romántica, de capa y espada, política, irónica, críptica, incluso con una novela femenina. Fabrizio, demasiado infantil, se lanza a la aventura de partir hacia Waterloo. Y en ese momento ya es ayudado por su madre, sus hermanas, su tía, y después, en su aventura por Francia, por otras mujeres: la carcelera, la cantinera, la dueña de la posada y sus hijas de Flandes. Es interesante el papel que Stendhal concede a las mujeres de más edad o de una posición social más alta, casi siempre. En La cartuja, Gina es la figura central de todas las tramas. Lo mismo está siguiendo a Pietranera en el exilio, en los paseos románticos del lago o entreteniendo a la corte con sus representaciones de opereta