Brassens

Y si a veces te topas con maridos infames,

los hay tan educados, afables y buenos

que aunque su mujer dejara de gustarte

fingirías que no, solamente por ellos

Donde vieron la luz no es lugar cualquiera

y, muy sinceramente, compadecen a esos

que, por su mala pata, poco seso o torpeza,

decidieron nacer en lugares ajenos.

«¡Cuánto te quiero! —decía

la adorable criatura—.

Si mueres, me quemo viva

contigo en tu sepultura».

Y le gustó el sepulturero

el día que me enterró.

Lo dice el refrán: lo bueno,

si breve dos veces bueno

no le clavemos a Cupido

su propia flecha

Unos presos bajo palabra

seremos ambos

Si existe el Padre Eterno ya tiene que saber

que no actúo peor que si tuviera fe.

No pienso buscar más el camino del cielo.

La fe que venga sola y, si no, lo siento

Si existe el Padre Eterno ya tiene que saber

que no actúo peor que si tuviera

Ya ningún secreto tenemos,

nos queremos a nuestro gusto,

y si es un pecado, me alegro,

al infierno iremos juntos.