La necesidad de reestructurar la educación superior vinculándola a los estudiantes y profesores de todos los niveles, incluidos los preuniversitarios, es una meta que nos obliga a pensar en un modelo nuevo de universidad, que respetando y apoyando a nuestras grandes instituciones, combine las formas tradicionales y electrónicas de educación, organización, construcción y lucha, negociación y consenso con una acumulación de fuerzas favorables al interés general y al bien común, todo lo cual implicará la creación de nuevas instituciones, dentro o fuera de las antiguas, que estén abiertas a la enseñanza renovadora de las ciencias y las humanidades, a la producción de material educativo de excelente calidad para el aprendiza