Alguna vez Julio Cortázar, con la seguridad de quien promulga una ley, dijo: “La memoria empieza en el terror.” Siguiendo esa pista, Braunstein encuentra la huella del “primer recuerdo” en Rayuela, en la teoría entera del psicoanálisis de Freud, en ciertos sonetos y en el conjunto de la obra de Borges en la «epistemología genética” de Piaget, en el proyecto de “vivir para contarla” de García Márquez, en el primer encuentro con el espejo de notables escritoras, en la lengua de Canetti, consagrada al martirio y finalmente absuelta, en la disimulación del horror de la historia que expresan los recuerdos de Perec, en el ordenado catálogo de las reminiscencias de Nabókov y Michel Leiris, en el sospechoso género de la autobiografía. Parece ser una constante: la memoria del espanto y el espanto de la memoria. ¿Es por el trauma oscuro pero fundamental de haber nacido, de haberse separado del cuerpo de la madre? En este libro se viaja como en un safari dedicado a la caza de los primeros recuerdos. También los del lector.
“Memoria y espanto o el recuerdo de infancia” es la primera parte de una trilogía dedicada a la memoria en donde se articulan los discursos de la filosofía, la historia, la literatura, el psicoanálisis y las neurociencias contemporáneas. Los otros dos volúmenes son: La memoria, la inventora y Memoria del uno y memoria del otro.