Como formar personalidades libres

Se dice que un hombre es libre cuando, “hace lo que quiere, quiere lo que sabe y sabe lo que es bueno

Esto significa cuidarlo de algunas situaciones que puedan ser especialmente peligrosas, por ejemplo, de una televisión indiscriminada, de amistades peligrosas, especialmente de personas mayores que no les den garantía de equilibrio, de es

el solo hecho de pretender influir en la libertad de una persona, no importa cuál sea la intención, es ya atentar en contra de ella.

Eso requiere que logre ser independiente de la opinión de los demás, desprendiéndose de las presiones del ambiente, de la moda, de las influencias de la propaganda y de las mil formas como puede ser influida desde afuera

Eso no excluye que aprenda a consultar y que pida consejo a personas más sabias, pero siempre deberá hacerlo manteniendo su independencia interior.

cama en las mañanas y para cumplir sus deberes escolares. Es importante, sin embargo, que en esta tarea de suplencia los padres actúen siempre fundamentados en lo razonable, esto es, en verdades y valores, y no en una simple imposición arbitraria. Hacer una buena motivación requiere de un verdadero arte ya que exige tocar aquellas fibras interiores que despiertan el entusiasmo. Una buena motivación levanta el ánimo, en cambio, una simple imposición, deprime.
• Utilicen adecuadamente los castigos

La libertad presupone el uso de la propia inteligencia y la aplicación del criterio propio.

los papás quieren ayudar a sus hijos a ser verdaderamente libres, tienen que procurar que aprendan a orientarse por sus propios criterios y no se hagan dependientes de lo que otros piensan.

Una persona libre actúa desde adentro, iluminada por aquello que descubre, movida por sus conocimientos y convicciones, lo que ella percibe como “su verdad”

Motívenlos correctamente, sin pretender seducirlos
La primera y más importante recomendación se refiere al modo como se debe motivar a las personas que formamos a fin de que actúen libremente, vale decir, en conformidad con una conciencia recta, saturada de verdades y valores. La norma pedagógica absoluta consiste en que siempre y sólo se debe motivar a partir de razones y valores. El motivo último para moverlos a realizar algo o dejar de hacer algo tiene que ser un valor superior. En la práctica significa que los papás, cuando quieran obtener de los hijos un determinado comportamiento, por ejemplo, que se coman la comida, jamás apelarán al estímulo de los apetitos inferiores, por ejemplo, despertando la codicia, metiendo miedo, creando rivalidad entre l