Criar a una niña de tres años y sobrevivir en la gran ciudad eran los dos únicos objetivos de Lydia Martins, una joven camarera sin más familia que sus compañeras de trabajo.
Conseguir el puesto de socio de uno de los mejores bufetes de abogados de Chicago y huir de cualquier compromiso emocional, eran las principales metas de Austin Gallagher, el mayor seductor del estado de Illinois.
Un día de viento, una mirada cálida y un número de teléfono en la cuenta del desayuno tuvieron la culpa de que sus caminos se entrelazaran y acabaran enredados. O tal vez fue una mano amiga, o el destino, ese traidor que no entiende de negativas cuando se empeña en unir a dos personas.
Austin nunca decía que no a un reto.
Lydia nunca decía que sí a una cita.
Pero él tenía algo que ella deseaba: una familia increíble.
Y ella algo a lo que él no pudo resistirse: Sophia.