El orden conservador es un hito en la historiografía argentina. Es el libro que analiza y explica definitivamente un período clave de la política nacional: el que va de 1880 a 1916. Hasta el momento de su publicación, se descontaba que en esos años había comenzado la Argentina moderna. Y se intuían una serie de razones para tal transformación. Certezas dispersas, valiosas aproximaciones, aunque no una interpretación cabal y exhaustiva. Podría decirse que Natalio R. Botana emprendió la tarea de volver inteligible una época tan rica como compleja, marcado por el progreso. El proceso histórico de esta transformación impactará, como es natural, en la sociedad y en el desarrollo del Estado. Durante más de tres décadas, la dialéctica entre la reforma y la conservación del sistema político heredado signará el país. Al mismo tiempo, llegan oleadas de inmigrantes, se amplían los derechos cívicos y se incrementa la conflictividad social. Nacía otro país, aunque en aquel momento quizás esto no fuera tan claro como ahora.
En esta coyuntura, que incluye crisis, avances y retrocesos a veces dramáticos, ¿Cuál fue el papel de los sucesivos presidentes? ¿Cómo fueron las relaciones entre la joven administración nacional y las provincias? ¿Qué negociaciones entrañó la búsqueda de un equilibrio que permitiera el buen gobierno? ¿Cuáles fueron las disputas dentro de la elite gobernante? ¿Hubo una elite o hubo un juego de hegemonías cambiantes? Cada una de estas preguntas implica actores políticos, alianzas y rupturas, ideas en pugna. El resultado será, entre otras cosas, un país con un nuevo perfil productivo, un lugar preminente en el mundo, un sistema federal renovado, y la sanción de la llamada Ley Saenz Peña, de voto obligatorio para los hombres. También el fin de una era, porque tras 1916 los conservadores, como partido organizado, no volverán a gobernar. El orden conservador devela ese mapa, y permite entender una trama que involucra fuerzas políticas, ambiciones sociales, oportunidades económicas. Libro mayor, esta es su edición definitiva, e incluye un nuevo posfacio que analiza las contribuciones que otros investigadores han hecho al mejor entendimiento de un momento clave de nuestra historia.