El tiempo de las moscas

La escritura es la verdadera transmigración de las almas

El mundo sería otro si todas tuviéramos el tiempo de las moscas.

La respuesta correcta es que para una mosca la vida pasa en slow motion. Si la aguja de nuestro segundero tarda determinada cantidad de tiempo en cambiar de posición, para una mosca tarda cuatro veces más. Ella tiene más posibilidades que nosotras para evaluar cualquier movimiento de alguien que aceche. Eso le da margen de volar, huir a otra parte, buscar refugio, mientras la mano que va tras ella avanza hacia la nada. Más tiempo para pensar, para reaccionar, para esconderse, para responder, para no responder, para evitar una agresión, para actuar, para no equivocarse. Cuatro veces más, un escándalo.

¿Si no para qué se mete a las personas en la cárcel?, se pregunta. Si una vez que cumplen su condena no tienen derecho a una nueva vida, el sistema penitenciario es una mentira porque la condena es, desde el primer minuto, para siempre.

Quizá sea porque son oficialmente mujeres, y ya se sabe que las mujeres pintan menos.19 El caso de Timo. Cuando el médico en el parto ve el cuerpo del bebé, asigna según lo que ve: mujer o varón, eso no es agresión. Pero te firma un certificado de agresión a futuro: si lo que puso como sexo después no coincide con el género de la persona, es probable que tenga que sortear infinidad de obstáculos y prejuicios para que se le reconozca esa diferencia.

Tenemos que proteger sus infancias. La infancia también puede ser el infierno.

La Manca se pregunta si debe acercarse o no, duda, iría a abrazarla pero no se siente con derecho a entrometerse en un momento tan íntimo. Por algo su amiga no la participó de lo que planeaba hacer, por algo quiso reservar este encuentro para ella, en soledad

Parir, sólo parimos nosotras, pero maternar debería ser compartido: los hombres también deberían maternar. Nunca lo lograremos, siempre tendrán un motivo: un trabajo, un objetivo personal, un deporte que practicar, una nueva mujer, una nueva familia, un mundial de fútbol. Exageran. ¿No dicen que en la maternidad las situaciones felices lo compensan todo?

Dudo, a muchos jefes les molesta hasta que menstruemos. Yo ya no menstrúo. También les molesta la menopausia. Lo que molesta, siempre, es el cuerpo de la mujer

¿Quién no quiere ser presidenta, deportista, artista, intelectual? Un mundo que, en apariencia, comienza cuando se cierra el horno de la cocina o la puerta del lavarropas y se deja de cambiar pañales (…) Los feminismos hacen crujir su imperativo. MUJER ya no es sinónimo de “madre”.