Una misteriosa explosión perturba el silencio y la tranquilidad que caracterizan a la Barranquilla del siglo XXII. Un edificio es destruido y, en sus cimientos, aparece el cuerpo del doctor Juan Francisco Rogers, que despierta tras doscientos años de hibernación. Esta novela de 1932 es una de las obras menos recordadas de Osorio Lizarazo y una de las primeras incursiones de la literatura colombiana en el género de la ciencia ficción.