Ella, que no lloró ni una sola vez cuando profanaban su carne, no encontraba la manera de controlar su llanto. Se había convertido en una llorona
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Las bocas silenciadas no dejan por ello de hablar, se vuelve eterno su decir, hablan para siempre, aun sin voz
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Qué era lo que ponía en marcha al predador
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Nunca imaginó un dedo donde él lo ponía.
¿De qué gancho han colgado su corazón de ternera? Entre todos los soles ni uno siquiera puso luz para ella en su devastación
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
¿Qué alineación de astros produjo esta oscuridad huérfana?
Alguien llega. El cerrojo se ha abierto.
La viste deprisa y la deja salir
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
sabe que es una ternera en el matadero. Al menos, para que el peso no sea tan grande, intenta distraerse mirando las bayetas, los botes de limpieza y productos de baño. Huele demasiado a humedad. Pero no puede dejar de sentir el peso de su ropa rozando el suelo, enroscada en sus tobillos de pino joven
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Pero ahora, desde que el baño inútil apareció para llevarla, la concavidad de su padre la alerta.
Ya no es tiempo de prestar atención a la respiración
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Le cuesta. La de su padre es más lenta; la suya de gacela es rápida y leve. Corre tras la de él para alcanzarla, buscando que la respiración sea una y la misma, queriendo respirar al unísono
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Su padre es el encargado de dormirla por las noches. Son los primeros en irse a la cama. Es el privilegio de ser pequeña
Marcia Ramoshas quoted3 years ago
Le cuesta mucho todo ya. Levantarse cada mañana, ponerse la camisa blanca, el uniforme del colegio, los calcetines azules, los zapatos mocasines. Ya nada es normal. Echa de menos los días de hace muy poco, sin marcas