En ¡Abajo los prejuicios!, Brentano defiende con inusitado vigor la posibilidad de una filosofía no sometida a la admisión de apriorismos.
Básicamente, estos apriorismos, que para Brentano equivalen a meros prejuicios, son la filosofía del sentido común, common sense, de Thomas Reid y el idealismo transcendental de Kant.
Ambas posiciones surgen por el mismo motivo: dar respuesta al devastador escepticismo de Hume. Y, a juicio de Brentano, los dos fracasan porque no pasan de ser formas encubiertas de relativismo epistemológico o antropologismo, como después recalcará Husserl en sus Investigaciones lógicas.