Me enderezo.
—¿Qué pasa, chico?
Se ha puesto a gruñir, a enseñar los dientes. Noto que el pulso se me acelera.
—¿Es un cocodrilo? —pregunto.
—Silencio, Todd —gruñe Manchee.
—Vale, pero ¿qué es?
—Es silencio, Todd. —Da un ladrido corto, un ladrido auténtico, un ladrido que solo significa eso, un ladrido, y el cuerpo se me tensa y la sangre se me agolpa en las venas