Inteligencia, desenfado y sensibilidad son los tres pilares sobre los que se asienta esta obra, a medio camino entre la novela y el monólogo, en la que la autora comparte con el lector, con una actitud muy poco políticamente correcta, sus reflexiones, comentarios y reacciones a una realidad en la que, no nos queda otra, tenemos que resistir como podamos… Mordaz, irónica, muy aguda y también sorprendentemente tierna, Raquel Martos nos demuestra cómo se puede pasar de sufrir a disfrutar, de la resignación a la indignación, del odio al amor y viceversa sin las etapas intermedias.