Cosas vivas

verdadero horror no conoce las estridencias, sólo la rutina y la monotonía. Imagino que la auténtica felicidad funcionará igual pero al revés: haciendo que cada pequeña cosa brille, actuando siempre en un nivel microscópico

amor o la felicidad no pueden emanar de una organización asamblearia sino sólo de un sistema de toma de decisiones automático e intuitivo: juntarse para decidir sin palabras que un día hará sol y buen tiempo es la única forma justa de hacer las cosas

La extraña sensación de querer que todo acabe y al mismo tiempo saber que menos horas de trabajo implican menos dinero.

casi todo lo que pienso lo pienso a través del diario de las tapas amarillas. E

La realidad no tiene la obligación de ser interesante –tampoco la memoria–; la literatura sí.

¿no hacemos eso –tratar de entrar en la cabeza de los otros para no estar en la nuestra– todo el tiempo?)?

consumir la juventud en la búsqueda de un cuerpo que siempre está un paso más lejos;

No en vano se desprecia a la prostituta tachándola de «mujer pública» frente a la «mujer privada», que sería la mujer de bien.

tenía que ver con el dinero: íbamos al sur de Francia a buscar trabajo. Decir que tenía que ver con el dinero es establecer que tenía que ver con las aspiraciones literarias de varios de nosotros, porque el autor moderno siempre anda buscando una estabilidad económica que no puede alcanzar jamás.

ninguno de los cuatro viajábamos para ganar dinero.