Balam y Lluvia son dos hermanos que se la pasan brinco y brinco en la casa, persiguiendo palabras, recuperando historias, enfrentándose a sus aventuras de todos los días.
La infancia de estos dos pequeños es resultado de haberle preguntado a muchos adultos «cuéntame algo de tu infancia que nunca le has contado a nadie» y voilá, la poesía se convirtió en el camino más generoso para hablar de aquello que nos cuesta decir, de los peliagudos momentos y de las travesuras silvestres. La poesía es la mejor cómplice de Lluvia y de Balam, estos dos pequeñitos que como tú y como yo saben dónde están los secretos de la casa, nuestros lugares favoritos.
Balam, Lluvia y la casa es un cuento armado a partir de pequeños poemas. Al respecto, su autor comenta:
“Todos tenemos un lugar al que llamamos “casa”, un espacio donde volvemos a la infancia y desde donde nos contamos la historia de nuestros orígenes, la primer memoria: la intimidad de un hogar donde vivimos los momentos más bellos, los más graciosos, momentos terribles, tristes, tensos. Ahí en “la casa” fuimos felices en más de un instante, incluso en los momentos más difíciles encontramos siempre un gesto creativo de la vida, algo pasa que siempre podemos salir de la casa con una galleta en el bolsillo, con un libro bajo el brazo, con una travesura que jamás nos hemos animado a confesar. Balam y Lluvia son dos hermanos, dos pequeños como tú y como yo, que se la pasan brinco y brinco en la casa, persiguiendo palabras, recuperando historias, enfrentándose a sus aventuras de todos los días. La infancia de estos dos pequeños es resultado de haberle preguntado a muchos adultos «cuéntame algo de tu infancia que nunca le has contado a nadie” y voilá, la poesía se convirtió en el camino más generoso para hablar de aquello que nos cuesta decir, de los peliagudos momentos y de las travesuras silvestres, la poesía es la mejor cómplice de Lluvia y de Balam, que bien saben dónde están los secretos de la casa, nuestros lugares favoritos”.