Segunda mitad de la década del ochenta en Medellín. Mientras el país y el mundo miran aterrados las noticias que dan cuenta de la sangrienta guerra de los narcos contra el Estado y la sociedad, los muchachos y las muchachas en sus colegios intentan ganar el examen de matemáticas, se inventan excusas para faltar a clase, planean con sus más cercanos el próximo paseo. En últimas, buscan continuar con sus vidas, mientras el mundo de los adultos —y en ocasiones el de ellos mismos— se va pudriendo poco a poco.